En Colombia se manipula la información, eso no es secreto, algunas veces se logra de una manera muy sutil, otras se hace por medio de la censura directa, como expresa Marx “Una prensa censurada es la depravación de la vida pública y significa que el gobierno solo escucha su propia voz”.
Desde que Antonio Nariño, publicó una traducción de la “Declaración de Derechos del Hombre y del ciudadano”, sin una licencia previa, la violación al artículo 20, de la Constitución política de 1991, que garantiza la libertad de expresión y difusión del pensamiento y opiniones, ha vivido momentos de corta tranquilidad para el trabajo de los medios de comunicación.
Los primeros periódicos fueron fundados por políticos o grandes grupos económicos viendo en este medio la forma más segura de expresar sus opiniones e implementar sus ideologías. Ya sabiendo las circunstancias actuales que refleja el país, se debe conservar y reforzar la independencia de los medios por parte de estos poderes que manipulan la información de acuerdo a sus intereses. Se debe ofrecer al ciudadano, información veraz, completa e imparcial.
Aunque en Colombia se goza de libertades informativas, persisten las amenazas de poderes ocultos (grupos armados ilegales, poderes políticos, económicos) que van en contra del derecho a la información veraz e imparcial. Desde 1977 hasta la fecha, estos grupos han asesinado unos 135 periodistas, según datos de la Fundación para la Libertad de prensa.
Son notorios los casos que se han visto reflejado, en donde tanto medios impresos como periodistas se han visto en la necesidad de cerrar sus periódicos o en caso tal de autocensurarse o huir del país. Como Antecedentes se puede recordar el caso en que Guillermo Cano Isaza, Director del periódico El Espectador, fue asesinado el 17 de diciembre de 1986 por ordenes del entonces jefe del Cartel de Medellín, Pablo Escobar Gaviria; donde surgió una ola de violencia con atentados y amenazas a algunos periodistas y medios de comunicación.
En conclusión, hay mucho más que decir acerca de nuestros medios de comunicación, pero lo que si es cierto es que gozan de un gran poder, por lo que sugeriría que se respetaran los principios de esta profesión que cada vez se ve más afectada por la censura y la autocensura.
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